Somos uno de los países bendecidos por Dios por nuestras riquezas naturales, un mar con abundantes cardúmenes de peces, una costa con un clima adecuado para cultivos de alto valor apreciados a nivel internacional, una sierra con ingentes depósitos de minerales a lo largo de los andes y una amazonia con una riqueza forestal impresionante; sin embargo, los conflictos sociales y las ideologías generadoras de odios no nos han permitido usufructuar a plenitud estos regalos del Altísimo.
Un sector de nuestra población no ha llegado a comprender que vivimos en un mundo globalizado y que estamos en competencia con otras naciones para atraer inversiones, que permitan explotar nuestras riquezas y generar puestos de trabajo dignos, herramienta fundamental en la lucha contra la pobreza.
Para ello la Constitución de 1993 desarrolla desde el Art. 58 al 89 el Régimen Económico de nuestra economía social de mercado, que logró reducir la pobreza del 54% al 20% de la población entre el 2000 al 2019; todos los peruanos deberíamos leerlos para no dejarnos engañar por quienes los tergiversan con falsedades, para tratar de generar opiniones favorables a un cambio de Constitución que generaría más pobreza con pérdida de puestos de trabajo.
Desafortunadamente desde que asumió Pedro Castillo como Presidente de la República ha generado desconcierto e incertidumbre originando la fuga de US$18,000 millones y la paralización de la inversión privada que caería 4% en el presente año según recientes pronósticos.
Veamos en esta oportunidad dos ejemplos repetitivos de la inacción del gobierno frente al delito y a los reclamos exorbitantes de algunas comunidades frente a las actividades mineras, el gran motor de nuestra economía que mueve el 60% de nuestras exportaciones.
La empresa Southern Perú dejaría de invertir US$850 en la ampliación de la mina de Cuajone que se paralizó por dos meses, originando pérdidas mensuales que superan los US$250 millones en exportaciones de Cobre y US$69 millones mensuales en impuestos y regalías; habiéndose llegado al extremo que los comuneros de la zona dejaron sin agua hasta el 21 de Abril a su campamento minero que alberga a 5,000 personas y que fue desbloqueado por sus trabajadores, exigen que la empresa los indemnice por US$5,000 millones y que les abone el 5% de sus utilidades, por operar supuestamente en terrenos de su comunidad.
La empresa BMG Las Bambas en Apurimac va sufriendo su tercera paralización en el presente año, esta vez 130 campesinos de la Comunidad de Fuerabamba invadieron la empresa, a pesar de ser la comunidad que más beneficios ha recibido de la minería en nuestro país, suman US$1,100 millones en los últimos 12 años. Se ha dejado de exportar hasta la fecha US$165.6 millones y el país ha dejado de percibir S/93,6 millones.
Irónicamente esto se da en una coyuntura de precios altos del cobre y otros minerales, que deberían incentivar la inversión minera en nuestro país, sin embargo, no lo estamos aprovechando y más bien se están paralizando las que ya estaban en cartera y que llegaban a US$57,000 millones; complicando el tema está en grave riesgo el 20% de la producción de este metal.
De no enmendarse esta preocupante situación se incrementará la inestabilidad económica del Perú, afectando a toda la población.
1 comentario en “DESTRUYENDO LA MINERÍA”
Beneficio para los codiciosos, muerte para los millones de seres vivientes lleno de metales pesado en el aire y el agua, eso se llama complicidad y espero q aplaudan cuando tambien se enfermeb sus famikiards de metales pesados
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